La psicóloga y psicoanalista Florencia Casabella lleva a cabo junto a un equipo de trabajo la modalidad de acompañamiento terapéutico “extramuros” en cuarentena para pacientes institucionalizados.
La situación de aislamiento social,
preventivo y obligatorio representó un gran desafío en todos los dispositivos
de salud mental y el acompañamiento terapéutico es uno de esos dispositivos que
se sostenía con la presencia del acompañante terapéutico.
En la actualidad, muchos pacientes son
acompañados bajo la modalidad remota a través de los recursos con los que cuenta
el paciente, es decir con video llamadas, llamadas telefónicas y el trabajo con
juegos online.
El objetivo es mantener con los
pacientes el lazo social, y por este motivo se plantearon distintos desafíos:
El primero es que los acompañantes
terapéuticos muchas veces asistirlo a personas que están
institucionalizadas (internadas o residiendo en instituciones) y hace ya
más de cuatro meses que los acompañantes terapéuticos no pueden ingresar a las
instituciones a acompañar a los pacientes y el segundo, que es un problema que
tiene una parte importante de la población y sobre todo una parte importante de
la población a la cual se asiste, es la falta de acceso a dispositivos
electrónicos.
Hoy en día la gran mayoría de las
personas cuenta con acceso a un celular, una computadora, aunque sea un
teléfono de línea, pero hay muchos pacientes que, ya sea por encontrarse
institucionalizados o por falta de recursos económicos, o también, en algunos
casos, por encontrarse dentro de un grupo etario muy mayor no tienen acceso a
los dispositivos.
Dice la licenciada en psicología Florencia Casabella sobre el
acompañamiento terapeútico “extramuros”:
“Es una forma de acompañar a los
pacientes sin la presencia y sin los recursos tecnológicos ni dispositivos
electrónicos. Es decir, a través de correspondencias, dejando en la puerta del
hospital o residencia una carta para el paciente (tal vez acompañada de
cuadernillos con actividades para los pacientes que estuvieran trabajando con
algún objetivo de estimulación neurocognitiva, elementos para que puedan
desarrollar las actividades que venían haciendo hasta el inicio de la
cuarentena de manera autónoma) y siempre, instalada la repetición. Es decir,
todas las semanas, el acompañante terapéutico asiste a la puerta de la
institución, retira lo que el paciente le haya dejado, una carta, un
cuadernillo completado, alguna devolución, algo que tenga ganas de decirle, y
le deja al paciente algo nuevo. Lo más importante y que fue el objetivo del
acompañamiento terapéutico en esta cuarentena y el gran desafío fue mantener el
lazo social”.
Florencia Casabella es psicóloga clínica egresada de la
U.B.A; especializada en atención de niños y adultos, acompañamiento
terapéutico con enfoque psicoanalítico, diagnóstico y prevención del autismo,
discapacidad, adicciones y trastornos de la alimentación, entre otros.
@licflorenciacasabella
MN 57.008